Tema: Amando a Dios con el todo nuestro
Marcos 12:30 " Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento."
Amando a Dios con el todo nuestro y ¿Cúal es el todo nuestro?. El todo nuestro es amar a Dios con las tres fuentes principales de nuestro cuerpo en las cúales se encuentran nuestras mayores fuerzas; cuando se trata de nuestras emociones y sentimientos. Dios utiliza estas fuentes de poder en nosotros para decirnos que con ellas tenemos que aprender amarlo. Pero ¿Porqué? porque Dios sabe que cuando nosotros amamos utilizando estas tres fuentes de poder es cuando amamos de verdad, amamos con entrega, compromiso y por sobre todas las cosas con fidelidad. Y es precisamente asi que Dios quiere que nosotros sus hijos nos comprometamos con El. Una persona que no ama con la fuerza de estas tres fuentes ama solo exteriormente por emoción y no por compromiso y por lo tanto en ese amor no habrá ni entrega, ni compromiso y mucho menos fidelidad.
1. Amarás a Dios con todo tu corazón- Del corazón mana la vida y por lo tanto Dios desea que lo amemos con todo nuestro corazón ó sea con toda nuestra vida. De la misma manera que el ser humano no puede vivir sin su corazón así tampoco podemos vivir sin Dios. Por eso las personas que viven sin Cristo las escuchamos decir constantemente que sienten un vacío en su corazón que necesita ser llenado ese vacio es que no han conocido todavia el verdadero amor en sus vidas que es el amor de Cristo en nosotros. Para poder llenar ese vacio es necesario venir a Cristo para poder llenarlo; es como único podemos ser libres de ese sentimiento de vacío y poder sentirnos llenos de Cristo quien es El único que nos ofrece un amor puro y verdadero cuando le aceptamos a El aprendemos amarlo de la misma manera que El nos ama a nosotros, sin limites.
2. Amaras a Dios con toda tu mente- En nuestra mente se encuentra nuestra conciencia y es en ella donde sabemos que cosas están bien y que cosas están mal. Cuando venimos a Cristo una venda se nos es quitada de nuestros ojos y esto hace que nos concientizamos de nuestros malos y buenos actos en la vida que haigamos realizado. Es cuando nos sentimos confrontados con la Palabra de Dios y meditamos en que verdaderamente hemos obrado mal en la vida y nos hace pedirle perdón no solamente a Dios sino también a las personas que hemos herido en la vida. Cuando amamos con toda nuestra mente a Dios de ahí en adelante no somos capazes de volver hacer daño alguno a nadie ni mucho menos a Dios y cuando fallamos ese amor que hemos llegado a sentir por Dios nos hace regresar y pedirle perdón a Dios por nuestros actos y enmendar nuestras vidas con El cada dia. Dios sabe que servirle a El no es fácil para nosotros pero nos da nuestra mente para que nos ayude a concientizarnos cada dia de nuestros actos y por ese amor con el cúal lo hemos aprendido amar rectificarnos cada dia en El.
3. Amaras a Dios con toda tu Alma- “El alma es nuestro mismo yo (cfr. Mt. 16:26; Lc. 9:25), un intermediario entre nuestro espíritu y nuestro cuerpo; por ella somos conscientes de nosotros mismos y tenemos nuestra personalidad”. Fijese bien lo que dice Mateo 16: 26 "Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? Lucas 9:25 lo explica aun mejor veamos: "Pues ¿qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo? Mateo lo identifica como nuestra alma y Lucas lo explica y nos dice que nuestra alma no es más que nosotros mismos "y se destruye o se pierde a si mismo." Cuando amamos con toda nuestra Alma a Dios no somos capaces de hacernos daño a nosotros mismos. No ingerimos nada que sabemos que nos hará daño, no cometemos actos que van en contra de nosotros mismos, ect... y por lo tanto tampoco haremos nada que sabemos está en contra de los designios de Dios para con nosotros, por lo tanto aunque el enemigo nos quiera hacer intentarlo fracasará en su intento porque ese amor con el que hemos aprendido amar a Dios estará ahí en nuestra alma muy adentro incrustado y no podremos pelear con el. Ese amor será mayor que nosotros y hará que nos rindamos a los pies de Cristo siempre.
Por lo tanto la invitación en este día es la siguiente: no pelées más con Dios; ríndete a El, aprende amarlo con todo tu corazón, mente y alma y verás como en tu vida todo cambiará para bien. Si El lo hizo en mi vida; lo puede hacer también en la tuya. Dios te bendiga siempre. Y recuerda Dios te ama incondicionalmente ámalo tu también a El.
Pastora Lizbeth Rabelo
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